Jóvenes, no se conformen con ser de segunda fila

Les pido que no se conformen con ser de segunda fila. 

Les pido que no persigan una meta limitada y que ignoren las demás. 

  • Tener dinero posibilita ser generoso y hacer el bien en el mundo, pero, por sí mismo, no es suficiente para hacerlos felices. 
  • Estar altamente cualificado en determinada actividad o profesión es bueno, pero esto no los llenará de satisfacción a menos que aspiremos a algo más grande aún. 
  • Llegar a la fama, no nos hace felices. 

La felicidad es algo que todos quieren, pero una de las mayores tragedias de este mundo es que muchísima gente jamás la encuentra, porque la busca en los lugares equivocados. 

La clave para esto es muy sencilla: la verdadera felicidad se encuentra en Dios.


Dios quiere su amistad. 

Y cuando comienzan a ser amigos de Dios, todo en la vida empieza a cambiar: 
  • A medida que lo van conociendo mejor, perciben el deseo de reflejar algo de su infinita bondad en su propia vida. 
  • Los atrae la práctica de las virtudes. 
  • Comienzan a ver la avaricia y el egoísmo y tantos otros pecados como lo que realmente son, tendencias destructivas y peligrosas que causan profundo sufrimiento y un gran daño, y desean evitar caer en esas trampas. 
  • Empiezan a sentir compasión por la gente con dificultades y ansían hacer algo por ayudarles. 
  • Quieren prestar ayuda a los pobres y hambrientos, consolar a los tristes, desean ser amables y generosos. 
Cuando todo esto comience a sucederles, están en camino hacia la santidad.

Benedicto XVI
Colegio Universitario Santa María de Twickenham
Viernes 17 de septiembre de 2010