- le decimos sí al Pan de Vida –Jesucristo- y le decimos que no a las sustancias de la muerte;
- le decimos sí al Pan de la Verdad, y le decimos que no al palabrerío de los discursos huecos y banales;
- le decimos sí al Pan del Bien común, y le decimos que no a toda exclusión y a toda inequidad;
- le decimos sí al Pan de la Gloria que parte para nosotros Jesús resucitado y le decimos que no a la chabacanería pagana que deja vacío el corazón.
Nosotros sabemos que sólo Jesús es el Pan de Vida. El Padre nos lo ha dado. Hay un solo Pan vivo y verdadero que nació en Belén, creció en Nazareth, murió en el Calvario y resucitó el domingo: Jesucristo, nuestro Señor. Y queremos hacernos cargo de que ese pan, así como es un regalo de Dios es también un trabajo para nosotros. El Señor nos pide que lo ayudemos a repartirse como Pan, quiere estar cerca de la gente que lo necesita a través de nuestras manos. Jesucristo, Pan de vida quiere que lo ayudemos a darse, a partirse para estar, a ser pan para alimentar y a repartirse para unir, para unirnos a todos en torno a sí: a nuestras familias y a nuestro pueblo argentino.
(Card. Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires. Buenos Aires, 5 de junio de 2010)