jugá a la mansedumbre,
jugá a la bondad,
revolvé entre la hojalastra de la vida
y allí vas a encontrar eso que nadie entendía
un niño recostado en un pesebre y envuelto en pañales.
Así se encuentra a Jesús todos los días.
¿Lo sé buscar,
sé abajarme para encontrarlo
o me mareo en las mil y una propuestas de esta ciudad pagana?
Porque realmente esta es una ciudad pagana.
Y vos sabés que no te cobran entrada para encontrar a Jesús.
Si querés, entrá, simplemente,
Él necesita de tu libertad
y que asumas la gratuidad de la salvación.
Porque no hay otra explicación para este misterio de la Navidad
que la gratuidad con la que Dios sale a nuestro encuentro.
-Carenal Jorge M. Bergoglio, 24-12-2010
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