El objetivo del proceso ART es trabajar para la transformación social que refleje los valores del reino de justicia y paz de Dios.
Actuar y Atender
La reacción de la mayoría de la gente a los acontecimientos que requieren la consideración humana es de actuar para responder a una necesidad inmediata. Por ejemplo, damos a comer a los hambrientos, abrigamos a la gente sin hogar, reasentamos a los refugiados, protegemos a las víctimas de violencia doméstica y reciclamos nuestra basura. Por medio de esas acciones, nos acercamos a esos acontecimientos y estos adquieren una cara; es decir, llegan a ser reales para nosotros.
Por supuesto, este tipo de acción sola nos frustra también. Seguro que responde a la necesidad de la gente, pero no hace nada para resolver las causas. La gente sigue hambrienta, sin hogar, golpeada; siguen tratando de escapar de la guerra y la opresión. El medio ambiente sigue sufriendo.
Antes de impulsar a más personas a servir directamente con acciones en respuesta a necesidades sociales, tenemos que estar seguros de prestar atención a dos cosas:
(1) que estén dispuestos a actuar sobre este asunto social particular y
(2) la dignidad de aquellos a quienes intentamos servir. Es importante preparar a la gente para lo que van a experimentar.
También, necesitan saber que esperar de su acción para aumentar al máximo la experiencia de aprender. Igualmente es importante que sean sensibilizados a la dignidad de aquellos a quienes sirven –y estén abiertos a aprender de la experiencia y especialmente de los menos afortunados
Reflexionar y Rebuscar (investigar)
El próximo paso es de preguntar, "¿Por qué?" ¿Porqué hay gente con hambre, sin hogar, golpeada, víctimas de la discriminación? ¿Por qué está contaminado el ambiente? ¿Por qué son estas cuestiones preocupaciones de fe? ¿Qué dice nuestra fe sobre estas cuestiones sociales y sus causas?
Comenzamos a cuestionar más profundamente. ¿Qué factores contribuyen a este problema social? ¿Quién saca ventaja de la situación actual? ¿Quién pierde? ¿Quién tiene poder? ¿Quién no lo tiene? ¿Qué creencias y valores apoyan al status quo? ¿Qué lo desafía? ¿Qué dicen al respecto la Escritura y la enseñanza social católica?
La fase de reflexión del proceso de ART nos permite explorar las causas subyacentes de la pobreza, la violencia, la falta de vivienda, la guerra, el racismo, la devastación ecológica y otras cuestiones.
No es suficiente simplemente reflexionar sobre cuestiones sociales y la enseñanza social de la Iglesia desde el punto de vista de nuestras perspectivas personales limitadas o de nuestras ideas preconcebidas.
La Investigación (rebuscar) profundiza nuestra reflexión. Necesitamos investigación académica basada en las ciencias sociales e investigación práctica que viene de escuchar cuidadosamente a aquellos que son afectados directamente por la cuestión social. Finalmente, necesitamos investigar lo que enseña la Iglesia. Aquí la tradición rica de la reflexión papal, conciliar, episcopal y teológica es un verdadero tesoro.
Transformar y Trascender
El paso final es de transformar las estructuras sociales que contribuyen al sufrimiento y a la injusticia. La transformación social es una acción de otro tipo. La transformación va a las causas raíces; no se detiene con el alivio de los síntomas.
Podemos transformar nuestras comunidades y nuestro mundo. Por ejemplo, por medio del cambio de los valores sociales, de abrir posibilidades para personas de bajos ingresos, de abogar por una política pública justa, de comprar o boicotear bienes en base a los valores sociales, de adoptar cambios en el estilo de vida y de investir en corporaciones socialmente responsables.
Mientras trabajamos para transformar la sociedad, dirigentes de formación deberían tener cuidado de trascender estos esfuerzos en dos sentidos.
-Primero, tenemos que trascender los límites ideológicos y fundamentar nuestro trabajo para la transformación social en la enseñanza social católica, no en una ideología.
-Segundo, no podemos identificar nuestros esfuerzos con el reino de Dios. El reino de Dios siempre trasciende nuestros ensayos imperfectos de encarnar los valores de Dios en la sociedad.
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