Mc.16,7: “Vayan ahora a decir a sus discípulos y a Pedro que él irá antes que ustedes a Galilea, allí lo verán, como él se los había dicho”
Mc.1, 14-15: Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: “El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”
El Evangelio según San Marcos comienza y concluye o concluye y comienza, con el lugar común que es Galilea. Si analizamos a la comunidad tras la muerte de Jesús podemos definirla como desorientada, como ovejas sin pastor, es la situación de desesperanza, de frustración, el desconcierto que cunde entre ellos, es que se ven como mentidos, burlados en su buena fe, es el típico proceso que se da en nuestras vidas cuando la apoyamos en nuestras fuerzas o en fuerzas supletorias que son pasajeras, es la angustia, el desconcierto, el caminar en esa noche oscura que marcan los místicos, es pretender que por solo el voluntarismo, por solo mis fuerzas las cosas se cumplan, las cosas se den, el éxito esté al alcance de mi mano. Es así donde a la primera de cambio cuando la cosa no camina, se presentan el o los problemas todo se viene abajo, me entra la depre, los bajones, el sinsentido, la crisis no solo de fe sino también personal, hasta el punto extremo de la muerte.-
Apoyarnos en nuestras solas fuerzas humanas es camino de frustración, de angustia, de aislamiento, de desorientación, como podemos analizar la actitud de los discípulos y discípulas, sea los que caminan a Emaús, Pedro, Juan, Magdalena, por nombrar los mencionados en los Evangelios.-
Y esos son los peores momentos para tomar determinaciones, sin embargo en los arrebatos de la desesperación muchas veces cometemos la imprudencia de llevar adelante cosas que si la miramos con la serenidad y la calma de lo normal veremos que esas decisiones tomadas fueron desacertadas. Es que son momentos de desorientación y si no miremos el ejemplo que nos presentan los Evangelios: en el caso de la Magdalena, un desconsuelo total, una noche oscura y con la tristeza propia de la desesperación, un caminar por los senderos de la muerte, buscando a un muerto. Es triste ver tanta gente que a lo largo de la vida se sumerge en la depresión, la tristeza y se abandona en los sepulcros, en los muchos sepulcros que hoy la vida nos presenta. Es triste también ver a gente que se siente derrotada y que desanda su camino volviendo a las seguridades propias, sin la capacidad de arriesgar o enfrentar los desafíos de la novedad, quedándose en el tran tran de lo mismo. O en el encierro por miedo a enfrentar esa realidad que me cuestiona, que me da miedo, porque mis seguridades se apoyan no en hechos visibles, pero sí en hechos certeros, solo que esas certezas son difíciles de expresar.-
Afortunadamente la noche oscura no es eterna, siempre hay una luz de un nuevo amanecer, y en las penumbras se comienza a vislumbrar esas imágenes que a pesar de estar distorsionadas no pueden dar un viso de confianza y esperanza. Son los momentos donde las cosas comienzan a tomar sus verdaderas formas, es allí donde se comienzan a vencer los miedos, porque las palabras se hacen comprensibles, porque en la soledad aparece un compañero de camino, donde las puertas se abren para dar paso a la novedad.-
Retomando los personajes del Evangelio, vemos que en el caso de la Magdalena, esa oscuridad de la discriminación, del desprecio, de la soledad, se transforma en sentir que se nos llama por nuestro nombre, sentimos que somos reconocidos porque nos tratan como personas, me impresiona esa imagen y pienso en tantos hombres y mujeres que caminan por el mundo en esa situación de marginalidad, de desprecio, de ser ignorados, manipulados, sometidos, de repente sentirse respetados, tratados como personas, y para eso se necesita poco, no se necesita dinero, solo voluntad y decisión de parte de cada uno de nosotros de tomar la decisión de ver al otro como persona, como sujeto de una historia que podemos construirla juntos, sin sometimiento, si avasallamiento, solo con decisión.-
Continua...