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Ecce venio: He aquí que vengo, oh mi Dios, para hacer tu voluntad [He 10,7]. Heme aquí listo para hacer, para emprender, para sufrir lo que tú quieras, para sacrificar lo que tú me demandes. Podemos estar sin inquietudes, la voluntad de Dios se hace conocer en cada instante y, si debido a la oscuridad, la incertidumbre llena el espíritu y el corazón, perseveremos con paciencia y amor en este estado, hasta que le plazca a la sabiduría y a la bondad de Dios dejar brillar de nuevo su luz.
Padre Dehon, Directorio Espiritual (DSP 14)
Como Abraham, también María debe caminar en la oscuridad, confiando plenamente en Aquel que la ha llamado. Sin embargo, incluso su pregunta: "¿Cómo será eso?", sugiere que María está dispuesta a decir "sí", a pesar de su temor y de su incertidumbre. María no pregunta si la promesa es posible, sino únicamente cómo se cumplirá. Por eso, no nos sorprende que finalmente pronuncie su "sí": "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra" (Lc 1, 38).
Juan Pablo II, Homilía en Nazareth 25-03-2000