La alegría de ser familia

La Sagrada Familia

La alegría de ser familia no significa que todo esté bien, que no haya problemas… No, no es esto. Todos sabemos que la vida familiar está hecha de momentos felices y de momentos dolorosos, de períodos más serenos y de momentos más difíciles, a veces duros. Pero hay una alegría que puede atravesar todas estas situaciones, porque existe a un nivel más profundo, y proviene precisamente de ser familia, percibida como un don, con un sentido íntimo de gratitud. Una gratitud que se dirige en primer lugar a Dios, y luego a nuestros antepasados, a nuestros bisabuelos, a nuestros abuelos, a nuestros padres: pero también a los hijos y a los nietos, porque los jóvenes regeneran la "amoris laetitia" en los ancianos y en los adultos [...]

Queridos amigos, sigan adelante en estos dos caminos: el testimonio gozoso de ser familia y el compromiso por una buena política para y con las familias. Pero debo añadir: cuídense, como parejas y como familias. Tómense el tiempo necesario para la oración, para el diálogo entre los esposos y con los hijos, para la vida comunitaria de la Iglesia. ¡Y también dediquen tiempo a jugar con sus hijos! Jugar, “perder el tiempo” con sus hijos, jugar. Las familias que quieren comprometerse a nivel asociativo y social deben, sobre todo, cultivar la vida espiritual y la espiritualidad conyugal y familiar.

Lo he dicho, pero quiero repetirlo: estamos viviendo un grave invierno demográfico y debemos reaccionar ante él, con todas nuestras fuerzas, con nuestro trabajo, con nuestras ideas para convencer [...] 

(Papa Francisco, Discurso a los Miembros del Foro de las Asociaciones Familiares, 2 de diciembre de 2022)