Oraciones para pedir salud de alma y cuerpo

Oración de la mañana

Es ya otro día, ¡oh, Dios! No sé qué haya de depararme, pero te ruego, me prepares para lo que sea. Si me toca levantarme, ayúdame a hacerlo con valor. Si me toca permanecer en mi sitio sin moverme, ayúdame a hacerlo con discreción. Si me toca quedarme postrado(a), ayúdame a hacerlo con paciencia. Si me toca estar sin hacer nada, ayúdame a hacerlo con galanura. Haz estas palabras más que palabras, y concédeme el espíritu de tu amor. Amén.

Oración de la noche

¡Oh, Dios!, sostennos a lo largo del día, hasta que se extiendan las sombras y llegue la noche, y se acalle el bullicio del mundo, y pase la fiebre de la vida, y acabe nuestra obra. Luego, en tu misericordia, concédenos un sitio seguro, un descanso bendito, y paz al fin. Amén.

Oración antes de la intervención quirúrgica

Fortaléceme, ¡oh, Dios!, para que pueda hacer lo que me toque hacer, y soportar lo que me toque soportar; esto así, aceptando tus dones de sanación a través de la pericia de los cirujanos y enfermeros y de las demás personas que me atiendan. Sea restaurada mi salud, para que sea yo útil en tu mundo con un corazón agradecido; esto ruego. Amén.

Oración después de la intervención quirúrgica

¡Oh, Dios!, tu compasión nunca decae y tus misericordias son nuevas cada mañana: Te doy gracias por el alivio a mi dolor y por la esperanza de la salud renovada. Continúa, te ruego, la buena obra que has comenzado en mí; sea que, aumentando a diario la fortaleza de mi cuerpo y regocijándome en tu bondad, pueda de tal manera ordenar mi vida y conducta, que siempre piense y haga lo que te agrada; por la misericordia de tu amor te ruego. Amén.

Oración por los médicos, enfermeros y demás personal de salud

Santifica, ¡oh, Dios!, a quienes has llamado a estudiar y practicar las artes de la sanidad y de la prevención de las enfermedades y del dolor. Fortalécelos por medio de tu Espíritu vivificante, para que a través de sus respectivos ministerios se pueda contribuir a la salud de la comunidad y glorificar tu creación. Amén.

Oración a San Francisco de Asís

¡Señor!, hazme un instrumento de tu paz. Donde haya odio, ponga yo amor; donde haya ofensa, perdón; donde haya duda, fe; donde haya desesperación, esperanza; donde haya oscuridad, luz; donde haya tristeza, gozo. Concédeme que no busque tanto ser consolado, como consolar; ser comprendido, como comprender; ser amado, como amar. Porque es dando, como se recibe; es perdonando, como se es perdonado; y es muriendo, como se nace a la vida eterna. Amén.

Oración en la oscuridad

En la oscuridad que nos envuelve y apaga nuestra visión, tú, Señor, te alzas como el sol y disipas las sombras con tu divina luz. Que seamos libres de todo peligro. Que nos demos cuenta de lo bueno. Que nos motiven pensamientos nobles. Que nos regocijemos en todas partes. Que seamos felices. Que seamos libres de toda enfermedad. Que nos demos cuenta de lo que es bueno y saludable. Que nadie esté expuesto a la miseria. ¡Oh, Dios!, condúcenos de lo irreal a lo real; de la oscuridad, a la luz; de la muerte a la inmortalidad. ¡Que haya paz para todos!

Oración por los enfermos

Señor Jesús, Señor de la humanidad: quita las dificultades, y de sus males libra a los enfermos. Alivia sus sufrimientos y sánalos, pues tú eres el Sanador. No hay cura, sino a través de ti. Ayúdanos a permanecer firmes y haz que nuestra fe se establezca bien. Concédenos un corazón sano y una lengua veraz. Enmienda nuestra situación y perdona nuestros pecados, nuestros errores, y nuestros defectos. Así sea.

Salmo 23

El Señor es mi pastor, nada me faltará; Me dirige por verdes praderas, me conduce por aguas apacibles. Mi alma reconforta, me encamina por la senda de la justicia por amor a su nombre. Aunque haya de pasar por el valle de las tinieblas, no temeré mal, porque Tú estás conmigo; tu sostén y tu apoyo siempre son mi consuelo. Me concedes el bien y la abundancia frente a mis adversarios. Has derramado el óleo sobre mi cabeza. Mi copa rebosa. Ciertamente, el bien y la merced me acompañarán todos los días de mi vida. Residiré en la casa del Señor todos los días de mi vida...

Oraciones breves a Dios

- Señor Jesús, te pido que tomes mi mano con la tuya, y camines conmigo hacia la curación. 

- Señor, Dios mío, aquí estoy ante ti: Estoy enfermo, Señor, y tú conoces mi aflicción. 

- Altísimo Dios de misericordia, mírame con tus ojos de compasión. Deja que tu mano sanadora repose sobre mí. 

- Señor Jesús, Señor de la humanidad: quita las dificultades, y libra de sus males  a los enfermos. Alivia sus sufrimientos y sánalos, pues tú eres el Sanador. 

- Señor, te pido que tu mano poderosa llegue hasta cada uno de ellos, concediéndoles alivio para sus dolores y ánimo para el espíritu.

- Señor, hoy te ruego por su salud de (nombre). Te pido que la acompañes y la fortalezcas en todo momento. 

Oraciones breves a San Rafael 

- San Rafael, amigo de los caminos, enséñame a conservar la fe en los sufrimientos y unir mis dolores con los de Jesús y de María. 

- San Rafael, arcángel de Dios, te pido que me ayudes a sanar mi enfermedad.

- San Rafael, arcángel de Dios, te pido que intercedas por la salud de (nombre).

Oraciones breves a la Virgen de Lourdes 

- Virgen de Lourdes, Consuelo de los afligidos, ruega por nosotros. Salud de los enfermos, ruega por nosotros.

- Oh amabilísima Virgen de Lourdes, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros.