Mirar la realidad a través del Corazón de Jesús



La cruz dehoniana nos invita a "mirar a través del Corazón de Jesús" ¿Qué significa esto?

"Mirar a través del Corazón de Jesús" significa adoptar su perspectiva, su amor y su misericordia para entender el mundo, los demás y a uno mismo. Implica ser compasivo y sanador, ir más allá de las apariencias para ver la nobleza en las personas, y encontrar esperanza y fuerza en su amor incondicional y en su entrega por la humanidad. 

  • Es un llamado a ver a los demás con la misma ternura y comprensión que Jesús, y a responder a las necesidades humanas con bondad. 

  • Adoptar esta mirada nos ayuda a sanar las heridas de otros y a nosotros mismos, buscando siempre el bienestar y la plenitud de todos. 

  • Nos invita a ver la grandeza del amor de Dios presente en el mundo, sorprendiéndonos con la nobleza que hay en el corazón de las personas. 

  • Reconociendo el dolor y la injusticia, esta perspectiva nos impulsa a actuar y a promover la esperanza, superando todo signo de muerte. 

  • Es un acto de fe que nos permite reconocer el amor infinito de Jesús por el mundo y su sacrificio redentor. 

  • Al acoger esta forma de ver el mundo, nos transformamos y nos inspiramos a vivir de una manera más humana y divina. 

¿Cómo se logra?

  • Es un proceso espiritual que implica una relación íntima y constante con Cristo. 

  • Ver el Corazón de Jesús nos recuerda su entrega total por amor, y nos llama a imitarlo en nuestras propias vidas. 

  • Guiados por el Espíritu Santo, podemos discernir y responder fielmente al amor de Jesús. 

"Mirar desde el corazón de Cristo" implica tener una perspectiva llena de amor, compasión y esperanza, enfocándose en los planes de Dios para la humanidad, en lugar de las apariencias superficiales o las injusticias del mundo. Se trata de contemplar el mundo y a las personas con la mirada de Jesús, reconociendo la dignidad en cada individuo y buscando la sanación y la vida en abundancia para todos, como un reflejo de su propia mirada que siempre busca el Reino de Dios. 

Características de esta mirada:

  • Amorosa y compasiva: Es una mirada que ve más allá de los defectos y el dolor, ofreciendo ternura, perdón y misericordia. 

  • Orientada al Reino: Implica fijar la mirada en los planes y propósitos de Dios, en la voluntad divina, en lugar de los intereses egoístas. 

  • Sanadora: Quien mira desde este corazón, se convierte en una persona sanadora de heridas, promoviendo la esperanza y la vida. 

  • Contemplativa: Invita a una reflexión profunda y a un diálogo íntimo con Cristo, incluso en medio de las acciones más urgentes. 

  • Dignificante: Esta mirada dignifica al prójimo y permite descubrir la grandeza del amor de Dios presente en el mundo. 

Cómo cultivarla:

  • Pedir la mirada de Jesús: Solicitar al Señor que nos conceda su mirada para ver con ojos nuevos y poder así dignificar al prójimo. 

  • Vivir el servicio desprendido: Servir con un corazón que se vacía de sí mismo para acoger al otro, sirviendo y dando vida en abundancia. 

  • Buscar la voluntad divina: Esforzarse por conocer y poner en práctica la voluntad de Dios en todos los aspectos de la vida. 

  • Contemplar la grandeza de la creación: Mirar el mundo que nos rodea y a quienes viven en él, para sorprendernos con lo noble y elogiable que hay en ellos, según la perspectiva de Cristo. 

Para entender la cruz dehoniana: 

  • La cruz: Representa el sufrimiento de Cristo y el dolor que forma parte de la vida, pero no es el fin. La fe no se queda en el sufrimiento.

  • El corazón: Se busca centrar la mirada en el corazón de la cruz, donde se manifiesta el amor de Dios que no se rinde ante el sufrimiento. La fe descubre detrás del sufrimiento de Cristo su amor cada vez más grande, que se entregó por nosotros. El Padre Dehon en su obra describe que los caracteres del "Libro" que es Jesucristo son el amor, que es el que traza con sangre el dolor en su carne divina, un amor inagotable que se entrega sin cansarse.

¿Qué significa "ver con la cruz dehoniana"?

  • Ver con el corazón, no solo con los ojos: La cruz dehoniana tiene un corazón abierto en el centro. Ver con este corazón abierto significa ir más allá de las apariencias y mirar la realidad con empatía y amor, buscando comprender las necesidades y el sufrimiento de los demás. Esta idea se conecta con la frase de El Principito "Solo se ve bien con el corazón" que ha sido utilizada como inspiración por los Dehonianos.

  • Reparar el dolor y la injusticia: Usar esta cruz significa buscar mirar el mundo y no solo ver el sufrimiento, sino también sentir el llamado a actuar para sanar y restaurar las heridas de la sociedad. Implica ver las injusticias y comprometerse a trabajar por un mundo más justo y solidario.

  • Ver la presencia de Dios en todas las cosas: La cruz es el símbolo central de la fe cristiana, y para los Dehonianos, el amor de Dios se manifiesta radicalmente en ella. Mirar a través de la cruz dehoniana es reconocer la presencia de Cristo en la vida diaria, en la Eucaristía y en los más necesitados.

  • Comprometerse con la acción: Ver de esta manera no es solo contemplativo, sino que impulsa a la acción. 

Entonces, usar la cruz dehoniana es una invitación a ver el mundo con la misma compasión y amor que Cristo mostró en la cruz, y a responder a las necesidades de los demás con acciones concretas de reparación y servicio. Es adoptar los sentimientos y la actitud de Cristo para percibir el mundo y actuar de manera justa, compasiva y en armonía con la voluntad divina, corrigiendo la mirada del pecado que distorsiona nuestra visión. 

¿Cómo se aplica esto?

  • Corregir la perspectiva: El pecado distorsiona nuestra forma de ver el mundo; mirar desde el Corazón de Jesús significa mirar la realidad con una nueva perspectiva que corrige esos prejuicios y falsas cosmovisiones. 

  • Adoptar su actitud: Implica buscar tener los "mismos sentimientos que tuvo Jesucristo", actuando con la misma sabiduría, cuidado, amor, firmeza y flexibilidad que él demostró. 

  • Ver la verdad y el bien: Es la invitación a ver el mundo de acuerdo con la verdad revelada por Cristo, aplicando esta verdad con moderación y condescendencia en todas las circunstancias. 

  • Vivir en sintonía con los valores cristianos: Se trata de vivir según las enseñanzas de Jesús, amando a los demás y comprometidos con el bien. 

Así, es un llamado a una transformación interior para ver el mundo, a los demás y a uno mismo a través de la perspectiva de amor, compasión y misericordia de Cristo. Implica mirar con los mismos ojos que Él lo haría, lo que transforma la forma en que se interactúa con la realidad y se comprende la verdad. 

Este concepto tiene varias implicaciones:

  • Ver más allá de las apariencias: Ver con el Corazón de Jesús permite ver más allá de lo superficial y las fallas de los demás, para concentrarse en su valor inherente y el potencial que Dios ve en ellos.

  • Perspectiva de compasión: En lugar de juzgar, la persona que ve con el Corazón de Jesús, ve las situaciones con empatía y misericordia. Reconoce que todos son hijos de Dios, independientemente de sus errores.

  • Enfoque en el amor: Al centrarse en el amor de Jesús, la persona es capaz de extender ese mismo amor a los demás, incluso a aquellos que son difíciles de amar. Esto se aplica especialmente a las relaciones, que pueden ser complicadas, recordándonos que debemos tener la misma mentalidad de Cristo en nuestras interacciones.

  • Visión eterna: Permite tener una visión que no se limita a las circunstancias actuales, sino que se orienta hacia la eternidad. La alegría proviene de saber que Cristo es predicado y no de la situación presente.

  • Desafiando la visión mundana: Esta metáfora se opone a la tendencia de ver el mundo a través de prejuicios, juicios o una cosmovisión puramente secular. Fomenta un cambio de mentalidad para dejar de lado las miradas que el mundo nos ofrece y adoptar la de Cristo. 

En resumen, se trata de una invitación a una conversión interior, a un cambio de perspectiva que permite a una persona vivir su fe de manera más profunda, reflejando el amor incondicional y la compasión que son el núcleo del Sagrado Corazón de Jesús.