Calebrando a la mujer nueva: La Inmaculada

Inmaculada Concepción - Anónimo cusqueño (Ca. 1700 - 1750) 

 

Resumen del artículo: La Inmaculada Concepción es la fiesta de las mujeres. Es la celebración de que Dios las eligió, las valoró, las elevó. Es la proclamación de que las mujeres, son fundamentales en el plan de Dios para la humanidad.

Durante siglos nos dijeron que eran menos

Por mucho tiempo, los filósofos y pensadores sostuvieron que las mujeres éran simplemente una versión disminuida del hombre. Nos decían que en lo masculino ya estaba representado todo lo humano, incluso lo femenino. Incluso entre los cristianos se pensaba así, a pesar de que la Biblia dice claramente: "Dios creó al ser humano, varón y mujer los creó".

Para los griegos, las mujeres no eran más que una versión incompleta de lo humano. Pero hoy sabemos la verdad: lo femenino tiene riquezas únicas que los varones no poseen. La humanidad, para ser completa y perfecta, necesita tanto de mujeres como de varones.

María: la primera mujer completamente redimida

Hay un principio teológico que dice: "lo que no es asumido, no es redimido". Si Jesús no hubiera asumido completamente la humanidad femenina, las mujeres no habrían sido redimidas. 

Y aquí está la belleza del misterio: Dios eligió asumir la humanidad femenina a través de María. Ella no fue solo un "recipiente" para que naciera Jesús - ella fue la primera de una nueva humanidad, la Mujer Nueva.

¿Qué significa que María sea "Inmaculada"?

Cuando decimos que María fue concebida "sin mancha" o "inmaculada", no estamos diciendo que las mujeres sean "sucias" por naturaleza. Lo que significa es que María, desde el primer momento de su existencia, estuvo llena de la gracia de Dios. 

Mientras todas y todos nacemos sin esa conexión especial con Dios (que luego recibimos en el bautismo), María la tuvo desde siempre. Dios la preparó así porque ella iba a ser la madre de Jesús, pero también porque ella representa lo que todas están llamadas a ser.

Las bautizadas también son llamadas a ser "mujeres nuevas"

María no es solo un modelo lejano e inalcanzable. Ella es nuestra hermana mayor, la primera de las mujeres en alcanzar la plenitud que Dios quiere para todas. Juan la llama "la Mujer" - no "una mujer", sino LA Mujer, la que representa la dignidad de la mujer completa y renovada.

La Iglesia fue descubriendo poco a poco la importancia de María:

  • El Viernes Santo vemos a Jesús en la Cruz → Vemos también a María de pie junto a Él, fuerte y presente
  • En Pascua celebramos cuando Jesús resucita y asciende al cielo → El 15 de agosto que María es asunta al cielo

  • El 25 de diciembre celebramos el nacimiento de Jesús → El 8 de septiembre celebramos el nacimiento de María
  • El 25 de marzo recordamos la concepción de Jesús → El 8 de diciembre celebramos la Inmaculada Concepción de María

María: fuerza y dignidad de las mujeres

Durante siglos, el protestantismo y algunas corrientes dentro de la Iglesia Católica intentaron, y ahora vuelven a intentar (ver nota al pie), minimizar el papel de María, volviendo inconscientemente a esas viejas ideas que consideraban a las mujeres menos importantes. Pero la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, proclamó solemnemente en 1854 el dogma de la Inmaculada Concepción.

Este dogma nos dice algo fundamental: las mujeres son esenciales en el plan de salvación de Dios. No son secundarias, no son accesorias. María es llamada:

  • Corredentora (salva unida a Cristo)
  • Mediadora de todas las gracias
  • Reina y Señora
  • Madre de la Iglesia
  • Madre de todos los verdaderamente vivientes

Lo que esto significa para las mujeres hoy

La fiesta de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre) no es solo una celebración piadosa. Es la celebración de la dignidad de las mujeres. Es reconocer que:

  • Lo femenino es esencial, no opcional
  • Dios eligió a una mujer para traer la salvación al mundo
  • Las mujeres tienen riquezas propias e insustituibles
  • Las mujeres están llamadas a ser "mujeres nuevas", llenas de gracia

María nos muestra que ser mujer no es ser menos, sino ser portadoras de vida, de gracia, de fortaleza. Ella estuvo de pie al lado de la Cruz cuando los apóstoles huyeron. Ella fue la primera en creer. Ella es la Madre de todos nosotros.

Una oración de mujer a mujer

"Señora Nuestra, Madre de Dios, llena de gracia: Tú eres la gloria de nuestra naturaleza femenina. Tú nos muestras lo que podemos llegar a ser. Ayúdanos a nosotras, tus hijas, a reconocer nuestra dignidad, nuestra fuerza, nuestro valor. Que podamos ser mujeres nuevas, portadoras de vida y de gracia, como vos. Amén."

Artículo elaborado a partir de otro de Pastoral de Mujeres


Nota

Desde la teología feminista, la crítica principal al documento "Mater Populi Fidelis" (04-11-2025), se centra en que al desaconsejar "Corredentora", se percibe como una forma de limitar a María, la figura femenina clave, restándole agencia y poder en la obra redentora, reafirmando una visión que podría invisibilizar la cooperación femenina en la salvación; se niega la "participación activa" de María, viéndola solo como "discípula" y no como co-participante. 

Si bien es un título aceptable, para la teología feminista, "Madre del Pueblo Fiel" (Mater Populi Fidelis) es una manera de diluir la asociación profunda de María con la redención, relegándola a un rol más pasivo de "ejemplo" o "intercesora" en lugar de co-redentora en el sentido de su Fiat (sí) que hizo posible la Encarnación. El texto evita que María se perciba como dispensadora de gracia (lo cual es correcto), pero la crítica de la teología feminista es que este temor lleva a censurar una mediación "secundaria" y "subordinada" que, en realidad, empodera la figura materna de María, algo que la piedad popular valora enormemente.

Mientras el Cardenal Fernández señala que "Corredentora" no tiene base bíblica sólida, la teología feminista argumenta que la Biblia sí muestra a María como una figura central en la historia de la salvación (Lucas 1-2; Juan 19,26-27), y que su rol de Theotokos (Madre de Dios) implica una participación única que no debe ser minimizada por temor a un error exegético. La teología feminista a menudo se basa en la experiencia de las mujeres, y muchas mujeres ven en María una figura de poder, sufrimiento y cooperación activa en la redención, un modelo más empoderador que una simple discípula.