Parece que no hacen falta aspiraciones religiosas especiales para casarse, pero que sí se necesitan para ser sacerdote. Y esto es una desviación chocante. Y muchas personas reciben sacramento del matrimonio con miras puramente humanas, como si se tratase exclusivamente de la institución natural. Por eso se oye hablar de casarse "por la Iglesia", como una etiqueta.
Luego les parecerá muy fuerte escuchar que el matrimonio es un camino de santidad. O al menos pensarán que es una expresión metafórica, cuando denomina de una manera real y clara lo que es la esencia del matrimonio cristiano.
La elevada dignidad y santidad del matrimonio cristiano se funda, según San Pablo, en que el matrimonio es símbolo de la unión de Cristo con su Iglesia: Ef 5,32 «Gran misterio es éste, mas lo digo con respecto a Cristo y su Iglesia.
El matrimonio es un medio para hacerse santos, para que los esposos se amen con el amor inigualable que Jesús ama a su Iglesia, amor divino que no se puede conseguir sino como don gratuito, por medio de este sacramento. Amor que hace a los esposos capaces de dar la vida por la salvación uno de otro y de sus hijos como Cristo dio su vida por nuestra salvación.
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El matrimonio es un medio para hacerse santos, para que los esposos se amen con el amor inigualable que Jesús ama a su Iglesia, amor divino que no se puede conseguir sino como don gratuito, por medio de este sacramento. Amor que hace a los esposos capaces de dar la vida por la salvación uno de otro y de sus hijos como Cristo dio su vida por nuestra salvación.
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