Después de la unión de María con Jesús, no la hay más grande e íntima que aquella de San José.
José y Juan el Bautista son los dos santos más grandes. José está más unido a Jesús, es padre. Treinta años de unión, de vida en común. “Un sólo corazón y una sola alma” [Hch 4,32].
Unión de intimidad, unión de familia:
- Mismos sentimientos: como Jesús, José es dulce y humilde.
- Misma voluntad: la voluntad del Padre Celestial.
- Mismo amor: el honor de Dios y la salvación de las almas.
José es un padre para Jesús: lo será para nosotros, si tenemos como Jesús la simplicidad y el espíritu de infancia.
La paternidad de José continúa con Jesús en el cielo; con la Iglesia y con nuestras almas, porque la vida de Jesús continúa de manera mística, en la Iglesia y en nosotros.
P. Dehon, NQT 40/3