1. Acerquen los chicos a
Jesús.
Lo principal en los grupos de jóvenes es
acercar a los chicos a Jesús. Los animadores deben mostrarles la invitación que
Jesús hace a cada uno de ellos a seguirlo.
Muéstrenles a Jesús. Enséñenles
que Jesús está realmente presente entre nosotros y que está en la Eucaristía. Adóren a Jesús en la Eucaristía.
2. Preparar las reuniones con
anticipación.
Los animadores deben preparar las reuniones con anticipación a la reunión del grupo. Esto demuestra seriedad, que se preocupan. Lean las fichas,
busquen información en distintos lugares.
De esta manera van a poder plantear mejor los temas y hacer una mejor
conclusión. Busquen cerrar los temas con alguna
conclusión final redondeando lo hecho.
No hagan todo a último momento.
3. Rezar en cada encuentro.
Cada reunión tiene que tener un momento de
oración. Es un grupo católico y la
oración es muy importante; es en estos grupos en donde uno aprende a rezar y
hablar con Jesús. También aprende a
escuchar y por eso los momentos de silencio y reflexión personal son muy
buenos. La oración es una oportunidad
para frenar un poco con el estrés de nuestras vidas diarias y mirar un poco
hacia donde vamos. Una oración profunda
y preparada hará un encuentro mucho más fructífero. Si rezan van a encontrar que los chicos se
van a abrir, van a participar más, y van a encontrar un sentido a las reuniones. Para rezar usen la Biblia, reflexiones,
oraciones especiales, etc.
Les recomendamos que vayan al sagrario. Recuerden hacer la genuflexión cuando entren
a la capilla.
4. Utilizar material católico
y usar la Biblia.
Es esencial recurrir a fuentes y material
católico. Hay que tener cuidado con esto
porque pueden encontrar cosas en distintos lugares que parecen muy buenas pero
que tienen errores doctrinales o morales muy grosos.
Usen la Biblia, tanto para rezar como para dar
fundamentos sólidos de los temas que tratan.
Usen la Biblia como modo de mostrar a Jesús.
5. Hacer que se lleven algo a
sus vidas de todos los días.
Para que las reuniones sirvan de algo deben dejarles
algo que puedan aplicar a sus vidas, alguna misión por ejemplo, o un mensaje
que pueda dejarles pensando.
6. Fomentar que vayan a Misa
y participen en las actividades parroquiales.
Nunca se olviden de
invitarlos a todas las cosas que hacemos, las actividades parroquiales, obras
de caridad, etc. Motívenlos a que vengan
a este tipo de cosas. El grupo no
termina cuando vuelven a sus casas, justamente debe nacer de ellos querer hacer
este tipo de cosas. Aparte que se une
mucho más el grupo cuando todos participan.
Es importante que los motiven también a ir a Misa si es que no están
yendo. Recuérdenles siempre lo
importante que es comulgar y confesarse cada tanto. La gracia de los sacramentos es fundamental
para que el grupo funcione bien.
7. Comprometerse con el grupo
y ponerle onda.
No falten a las reuniones, muestren compromiso. Transmitan alegría, interés en los temas, ríanse con ellos, pero también
sean serios cuando hay que ser serios.
8. Generar confianza.
Conozcan a los chicos, hablando con ellos personalmente antes y después de las reuniones. Juntense después
de las reuniones en algún lado. Hagan
actividades grupales donde todos puedan participar, expresarse y dar sus
opiniones. No callen a nadie, salvo por
cuestiones de orden.
9. No discriminar, no
burlarse, no ser arbitrarios.
Para generar confianza es necesario mostrar respeto y
amistad. No permitan que se burlen de los demás,
y nunca hagan eso ustedes. Si hay que hacerles alguna observación, háganla siempre en privado y
nunca frente a todo el grupo.
10. Ser humildes, abiertos,
pero firmes.
Ustedes también pueden tener dudas, no saber todo, equivocarse,
etc. Es importante la búsqueda de formación. Sean humildes y nunca intenten imponer
conocimientos a nadie. Aún así sean
firmes en los valores y en la fe. Un
buen animador tiene que mostrar objetivos, valores, y ser firmes con
ellos. Tienen que ser coherentes dentro
del grupo con la fe católica.