Te ofrecemos este subsidio sobre la lectura orante de la palabra de Dios, extraído del documento Verbum Domini. Prestar atención a que se proponen 5 pasos y no 3. Los dos pasos finales son fundamentales para nustra intención misionera, para transmitir el fruto de nuestra lectura orante.
Pasos fundamentales:
- Comenzamos con la lectura de la Palabra de Dios, y respondemos a la pregunta ¿Qué dice esta parte de la Palabra de Dios en sí misma? Si no hacemos este paso, corremos el riesgo de no salir nunca de nuestros pensamientos.
- Sigue después la meditación de la Palabra de Dios, preguntándonos ¿Qué nos dice esta parte de la Palabra de Dios a nosotros? Aquí, cada uno personalmente, pero también comunitariamente, debe dejarse cuestionar y examinar por el texto bíblico. Si no hacemos este paso vamos a considerar las palabras como pronunciadas sólo para el pasado (como en el primer paso), y no vamos a descubrir su sentido en el presente.
- Llegamos al paso de la oración, preguntándonos ¿Qué decimos nosotros al Señor como respuesta a su Palabra? Hacemos oración como petición, intercesión, agradecimiento y alabanza. Si no hacemos este paso, la Palabra de Dios no nos cambia y no nos hacemos discípulos de Cristo.
- La lectura orante termina con la contemplación, durante la cual aceptamos como don de Dios su propia mirada al juzgar la realidad, y nos preguntamos: ¿Qué conversión de la mente, del corazón y de la vida nos pide el Señor? Si no hacemos este paso no sabemos «discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto» (12,2), pues la Palabra de Dios «juzga los deseos e intenciones del corazón» (Hb 4,12). Sin este paso no podemos crear en nosotros una visión sabia, según Dios, de la realidad.
- Conviene recordar, además, que la lectura orante no termina su proceso hasta que no se llega a la acción, que nos mueve a convertirnos en don para los demás por la caridad, por eso debemos preguntarnos en este paso ¿A dónde debo ir conducido por el Espíritu?